Como los tiempos han cambiado, ya aquella frase de batalla "los hombres no lloran!...que la mayoría de los padres han inculcado a sus varoncitos, no es más que prosa, porque en el mejor de los casos los hombres sufren las penas sobre todo de amor, pero lo hacen a escondidas.
Aunque no tenemos estadísticas, hemos comprobado a grosso modo que los hombres soportan menos el rechazo cuando se termina una relación, en parte, porque no controlan adecuadamente sus sentimientos, quizás porque desde niños a la mayoría de ellos se les subrayó exageradamente su poder en el terreno emocional.
Sucede que hoy la mujer ya no depende tanto de su compañero afectivo, sicológica ni económicamente, y la verdad es que era en esos campos comunes donde él ejercía ese dominio.
Pero como todavía en muchos hombres persisten los prejuicios de la superioridad masculina, cuando se produce una ruptura y es la mujer la que la determina, él en la mayoría de las veces no sabe cómo manejarlo, porque suponía que tenía todo bajo control.
Hoy en día, muchas mujeres que son independientes concluyen de raíz la relación con su pareja cuando
muere el amor, y ésta no le proporciona bienestar o no cubre sus expectativas. Así ellas, erradican fácilmente esa situación, porque se sienten que a pesar de la pérdida, no quedan desamparadas.
En tanto la mayoría de las veces al hombre no le es fácil romper radicalmente una relación, evaden el enfrentamiento, buscan pretextos y finalmente, aunque no conviene generalizar, es la mujer la que toma la decisión del rompimiento.
Los roles han cambiado y hoy, aunque los jóvenes no tratan de ejercer control tan pronunciadamente en las muchachas, cuando ellos exigen virginidad, ellas le preguntan ¿Y tú eres virgen?
Cierto es que hay casos y casos...pues siempre se le ha atribuido al hombre un mayor grado de racionalidad para manejar el desamor, pero eso como es lógico, no opera igual en todas las personas.
A veces los hombres, cuando concluyen una relación de pareja, tienen la tendencia de lanzarse a situaciones aventureras para "olvidar sus penas".Otras veces se refugian en la bebida "para ahogar sus penas" y de esa forma, tratan de engañarse como si el dolor no los agobiara.
En tanto mayormente la mujer es más dada de refugiarse en sus amigas para hablar, llorar y buscar posibles salidas.
Y hemos visto también a ambos miembros de una pareja ya deshecha cómo demuestran un tremendo despecho, porque con frecuencia se ve a mujeres llorar por despecho, por alguien que como dice la canción "le ha roto el corazón", pero los hombres, aunque estén destrozados tratan de dar la impresión de que ni sienten ni padecen.
Por todo ello, llama más la atención ver a un hombre entregado a una pena de amor que ver a una mujer, porque sencillamente a través de la historia, los varones no han demostrado sus sufrimientos abiertamente, pero sí sufren por amor, por supuesto, cuando se enamoran de verdad.....