¿Cómo saber las intenciones de otra persona por sus gestos?
El gesto es muy importante en la comunicación.
Comenzando por la mirada, lo primero que debemos señalar es que las personas que miran de frente, a los ojos, suelen ser más sinceras en lo que dicen que los que rehuyen al interlocutor. Igualmente, cuando nos miran de reojo indican desconfianza –también se expresa con los ojos entrecerrados y escrutadores-, duda o culpabilidad.
Por su parte, si están muy abiertos, muestran sorpresa o admiración. En cuanto a la cara, si alguien habla tapándose la boca o tocándose la nariz, suele implicar que está mintiendo.
También las manos expresan muchas cosas. Si comenzamos por el apretón de ellas que se hace para saludar, cuando ambas está verticales implica igualdad. Sin embargo, si alguien pone la suya por encima, significa posición dominante, mientras que si está por debajo señala sumisión o recato. Si nos la aprietan con fuerza, expresan seguridad.
Cuando ponemos las palmas hacia arriba, indicamos honestidad pero, si las ponemos hacia abajo pueden significar falta de ella. Quién nos señala con un dedo suele ser agresivo y el que se frota las manos expresa que tiene buenas perspectivas de entendimiento. Por su parte, cuando juntamos las yemas de los dedos indicamos un alto grado de confianza en nosotros mismos.
Pero no sólo las manos y la cara son indicativas de nuestras intenciones. Así, quién cruza los brazos indica actitud defensiva y, si además cierra los puños, muestra agresividad. Si sólo se agarra un brazo, en buena lógica, expresa duda entre confiar o no hacerlo.
Por su parte, cruzar las piernas estando sentado también indica actitud desconfiada o defensiva. Si, además, una mano sujeta una pierna, muestra terquedad. Quién cruza sólo los tobillos muestra una actitud dubitativa entre la confianza y la defensa.
También el que cruza las piernas estando de pié expresa algo. En este caso, actitud igualmente defensiva pero, si están levemente abiertas, expresa cordialidad y carácter negociador.
Como decíamos, estos rasgos son solamente indicios del carácter de la persona con quién hablamos. Pero no es una ciencia exacta y, por tanto, no debemos guiarnos por ellos exclusivamente.